martes, 29 de septiembre de 2015

Diseñan nanopartículas para atacar los tumores

Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid han participado en el diseño de un dispositivo inteligente formado por nanopartículas capaces de acabar con los tumores, al liberar un contenido tóxico cuando se estimulan con luz ultravioleta a través de los vasos sanguíneos de las células tumorales. El sistema ya ha sido ha probado in vitro y podría resultar útil para tratar cánceres de esófago, estómago y piel.
El problema de las células tumorales es que, además de crecer muy rápido y fuera de control, pueden desarrollar nuevos vasos sanguíneos irregulares con huecos de entre 200 y 2.000 nanómetros en su superficie. Estos espacios diminutos son los que aprovechan las nanopartículas para combatir al tumor desde el torrente sanguíneo.

La técnica ha sido desarrollada por científicos de la Universidad Complutense de Madrid, en colaboración con el Centro de Investigación Biomédica en Red de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina, el Instituto de Investigación Sanitaria Hospital 12 de Octubre y el Instituto de Salud Carlos III. La clave está en las nanopartículas mesoporosas de silicio, que son biocompatibles con el organismo y que solo expulsan su carga cuando se activa con luz ultravioleta.




El estudio, dirigido por María Vallet-Regí, investigadora del departamento de Química Inorgánica y Bioinorgánica de la UCM, ha sido publicado en Journal of Materials Chemistry B. El punto de partida es que las células tumorales demandan más nutrientes a causa de su rápido crecimiento, lo que provoca la sobreexpresión de algunos receptores de su superficie. Las nanopartículas se dirigen a los receptores de transferrina, una proteína encargada de transportar hierro, cuya sobreexpresión es 100 veces más alta en las células tumorales que en las sanas. Así consiguen capturar más hierro para poder sostener el elevado ritmo de proliferación de los tumores sólidos. Para engañar a las células malignas, las nanopartículas están cubiertas de transferrina. Una vez que consiguen llegar al interior de los vasos sanguíneos, si se estimulan con una luz ultravioleta, liberan el contenido tóxico y provocan una muerte celular en cascada. Este sistema de activación mediante luz tiene la ventaja de que permite controlar y seleccionar tanto la zona a tratar como el tiempo de exposición.
Además, también se puede aplicar a zonas tumorales internas usando sondas ópticas. Según los autores del estudio, con dosis muy pequeñas se logra matar una gran extensión de tumor. Por ahora, el dispositivo se ha probado in vitro, en líneas celulares con neuroblastoma, fibrosarcoma, osteosarcoma y sarcoma de Ewing.

Los investigadores creen que podría aplicarse para tratar tumores que afecten a la piel, al esófago y al estómago, tejidos que se puedan radiar fácilmente con este tipo de luz o, en el caso de tumores más internos, con sondas ópticas. Antes de llegar a la parte clínica, el siguiente paso será probar la herramienta en roedores.  



Un Árbol de la Vida con 2,3 millones despecies

Científicos de la Universidad de Duke, junto a otros 11 centros de investigación, han presentado el primer borrador del árbol de la vida de los 2,300 millones de especies de animales, plantas, hongos y microbios conocidas. Un recurso digital en línea gratuito, que se asemeja a una Wikipedia de los árboles evolutivos.

El árbol representa las relaciones entre los seres vivos desde el comienzo de la vida en la Tierra hace más de 3,500 millones de años hasta que se separaron evolutivamente entre sí. El avance consigue tapar los huecos que había en los miles de pequeños esquemas anteriores, es el primer intento real de conectar los puntos y ponerlos todos juntos. Este nuevo esquema global de la vida se basa en 500 árboles más pequeños y en más de 7.500 estudios filogenéticos publicados en cien revistas académicas diferentes.

Comprender cómo las especies están relacionadas entre sí ayuda a descubrir nuevos fármacos, aumentar los rendimientos agrícolas y ganaderos, y traza los orígenes y la propagación de enfermedades infecciosas como el VIH, el ébola y la gripe.





Cabe destacar que algunas partes del árbol, como las ramas que representan a las familias de insectos y microbios, están incompletas. Eso es porque incluso el archivo en línea de secuencias genéticas más popular a partir del cual se construyeron muchos árboles evolutivos, contiene datos del ADN de menos del cinco por ciento de las decenas de millones de especies que se estima existen en la Tierra. Los datos de cada punto y el código fuente, pueden ser descargados desde Open Tree of Life, una página web de libre acceso que puede ser consultada y mejorada por cualquier investigador añadiendo nuevos datos al borrador o incluyendo especies nuevas y recién descubiertas.

Aún tendremos que esperar unas cuantas décadas para poder ver terminado este "Gran Árbol de la Vida"; pero sin duda este primer borrador ha marcado un antes y un después.

Para consultar este Gran árbol en profundidad: https://tree.opentreeoflife.org