martes, 28 de julio de 2015

La NASA y la ESA se lanzan a la carrera de la conquista marciana en Río Tinto (Huelva)



Marte sigue siendo un gran desconocido para el hombre aunque los robots enviados al planeta rojo nos han dado ya algunas pistas sobre cómo es su superficie. Sabemos que algunas zonas de la Tierra, como la cuenca minera de Río Tinto (Huelva), guardan cierto parecido con Marte. Los científicos las denominan 'análogos marcianos' y son utilizadas para probar los equipos que están siendo diseñados para futuras misiones. Precisamente Río Tinto (Huelva) ha sido el lugar elegido por la Agencia Espacial Europea (ESA) para organizar a finales de abril la primera expedición europea en la que se ha probado tecnología para viajar a Marte. Durante una semana, se realizaron ensayos con el vehículo robótico 'Eurobot'. Además, el astronauta probó un nuevo traje y un nuevo equipo médico que monitoriza su estado de salud. El proyecto, ha sido coordinado por el Centro de Astrobiología (CAB) y el Foro Austriaco del Espacio.


"Río Tinto es un análogo casi perfecto para probar tecnología y para simular las rocas que hay en Marte. Además, está muy cerca de una zona habitada, lo que facilita la organización de las expediciones". "





Proyecto Europlanet


"A través del proyecto Europlanet, que comenzó en 2009, se coordinan las visitas de los investigadores a la zona, como la que hicimos hace unos días a Río Tinto. Nuestro objetivo es intentar organizar las ciencias planetarias en Europa". Y es que aunque en el Viejo Continente hay muchos especialistas en este área, la falta de organización les impide a menudo ser competitivos, sobre todo en comparación con EEUU.
Nos encontramos en el laboratorio de extremofilia del Centro de Astrobiología de Madrid. "Aquí creamos ambientes extremos, es decir, ambientes que no son habituales desde el punto de vista humano. Por ejemplo, Río Tinto tiene 100 kilómetros de longitud y un pH muy ácido, de 2 (en una escala que va del 1 al 14). Es ácido sulfúrico. Pero en algunos puntos hay incluso menos, llegando a alcanzar 0,8 (ácido sulfúrico concentrado)", explica Gómez. Para hacerse una idea de la acidez de estas aguas, el pH neutro, como el del agua, es 7, y el de la piel humana oscila entre 4,5 y 5,9. Río Tinto está cargado de metales. Aunque está presente toda la tabla periódica, hay varios metales que son más abundantes, como el hierro (precisamente su color rojo característico es por el hierro en estado oxidado, férrico).


El origen de Río Tinto

Durante muchos años se pensó que estas características del río se debían a la contaminación de la explotación minera. A finales del siglo XIX, los británicos fundaron la empresa minera Río Tinto Mine Company, que fue explotada durante décadas. Posteriormente fue gestionada por los propios trabajadores aunque terminó siendo cerrada. En la actualidad hay posibilidades de que sea reabierta, ya que el cobre vuelve a ser rentable.

Un grupo de científicos investigó en la zona y concluyó que, aunque la mina tuvo una actividad impactante, la composición de Río Tinto es fundamentalmente natural. Allí viven unos microorganismos llamadosquimiolitotrofos (literalmente 'comepiedras), que no necesitan materia orgánica. Pueden crecer oxidando minerales, es decir, materia inorgánica. Según explica Gómez, básicamente oxidan pirita, que es un sulfuro de hierro. Precisamente en el subsuelo de Río Tinto hay una de las fosas de pirita más importantes del mundo y la más grande de Europa. Los quimiolitotrofos oxidan el azufre y el hierro de la pirita a sulfato (ácido sulfúrico) y a férrico, que son los dos elementos fundamentales que hay en el río.


"Realmente es ese metabolismo de los quimiolitotrofos los que originan el ambiente de Río Tinto", asegura el investigador. Y es que los científicos han podido demostrar que antes de que el hombre explotara esta rica zona minera de la que se ha extraído abundante cobre, oro, plata y hierro, la cuenca minera tenía unas características muy particulares.



La NASA y Huelva

Sin embargo, Río Tinto se ganó hace pocos años su fama internacional. El robot Opportunity de la NASA encontró en Marte un mineral denominado jarosita. Se trata de un sulfato de hierro, potasio y sodio que sólo se sintetiza si hay agua (debe ser agua ácida y cargada de metales). El hecho de que Río Tinto fuera muy rico en jarosita despertó la atención de los científicos de la NASA, que comenzaron a desarrollar proyectos de investigación en esta zona.

Las aguas del río tienen una química muy compleja y a pesar de que es un ambiente extremo, en ellas viven representantes de todas las ramas del árbol de la vida: "Se pensaba que era un río sin vida pero hay una diversidad tremenda", explica Felipe Gómez. Se han encontrado bacterias, más de mil hongos, etc. Lo que no hay son peces. Hay animales pero son unicelulares o pluricelulares: "Tiene un pH muy ácido y teóricamente en este tipo de ambientes hay poca diversidad".

Asimismo, a pocos centímetros de profundidad no hay oxígeno y las bacterias que se desarrollan tienen la capacidad de respirar férrico. Por eso, el color cambia en esa zona y es azulado o transparente.

Existen otros análogos marcianos en Europa y el norte de África. En el norte de Túnez, en Rusia, en Noruega, en Marruecos. En España hay también una laguna salina. La laguna de Tirez, situada en localidad de Villacañas (Toledo) también se considera análogo marciano pero no ha sido tan estudiada como Río Tinto, que ya está consolidado internacionalmente.

Las bacterias existentes en el río juegan un papel importante en el mantenimiento de las condiciones de acidez del río, al metabolizar el hierro y el azufre presentes en la región. El alto contenido de hierro disuelto en las aguas ácidas del río, le dan un color rojo profundo como el del vino tinto, de ahí su nombre Río Tinto. Los científicos esperan encontrar bacterias similares en el subsuelo del Río Tinto, donde el agua subterránea interactúa con minerales de hierro y azufre. Dichas bacterias podrían estar subsistiendo a base de compuestos químicos y minerales presentes bajo la superficie, sin ninguna interacción con el exterior.

Con las perforaciones se obtendrán muestras que, después de ser analizadas, con instrumentación y tecnología de carácter muy novedoso aportada por el Centro de Astrobiología, aportarán importantes datos sobre las formas de vida existentes. Posteriormente se utilizará esta información para verificar las prestaciones de los robots que buscarán rastros de vida, compuestos orgánicos y minerales.

Un 'rover' marciano en Río Tinto



Este vehículo está diseñado para transportar a un astronauta, que puede dirigirlo mediante un mando de control o con la voz. Cuenta con sus propios ojos, sensores y un par de brazos en los que se pueden instalar herramientas intercambiables.


El astronauta probó también un nuevo traje espacial, denominado Aouda.X y desarrollado por el Foro Espacial Austriaco. El pesado traje (de más diez kilos) cuenta con una pantalla integrada en el visor. Aunque simula la rigidez que tendría en un ambiente extraterrestre, el traje que llevarán los astronautas será seguramente más pesado. El astronauta puede beber y comer sin necesidad de quitarse el traje pues está diseñado para llevarlo durante largos periodos de tiempo. Ponérselo tampoco es una tarea sencilla. El astronauta tardaba alrededor de tres horas cada día en vestirse.

Durante esta semana también se probó la última versión del Sistema de Monitorización Médica a Largo Plazo de la ESA (LTMS, en sus siglas en inglés), un dispositivo colocado en un chaleco interior que es capaz demedir en todo momento las constantes vitales y varios parámetros fisiológicos del astronauta.



Para Bruno Gardini, principal consejero del director de misiones espaciales tripuladas de la ESA, el balance de esta expedición ha sido muy positiva. El experto de la Agencia Espacial Europea señala, sin embargo, que aún estamos lejos de poder tener lista la tecnología necesaria para emprender un viaje al planeta rojo. En conversación telefónica Gardini explica que los principales obstáculos serán minimizar los efectos de la ausencia de gravedad en la salud de los astronautas y crear un material que los proteja de la radiación de tipo ionizante que sufrirán durante el vuelo. También afirma que habrá que transportar un pequeño reactor nuclear capaz de resistir el vuelo. "Yo diría que para viajar a Marte harán falta, al menos, 30 o 40 años. Quizás más".


Fuentes: www.elmundo.es
               www.ABC.es
               www.nasa.gov
               www.esa.int

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